Rampa Discapacitados 2

La construcción de una rampa para discapacitados es una de las opciones disponibles para facilitar la accesibilidad a personas en silla de ruedas. ¿Pero es posible construir cualquier tipo de rampa? ¿Cómo debe ser una rampa adaptada? ¿Cómo podemos calcular la longitud y la pendiente para facilitar el acceso a personas con problemas de movilidad?

Rampa Discapacitados

Rampa Discapacitados

Hasta hace pocos años, que en la entrada de un edificio existiera una escalera para acceder al vestíbulo principal era un signo de distinción y calidad en la construcción. Lamentablemente, con el paso de los años, este tipo de entradas en las que existen unos cuantos escalones en su acceso son directamente una barrera arquitectónica prácticamente infranqueable para personas mayores con problemas para caminar o directamente un obstáculo insalvable para aquellas personas que requieren de la ayuda de una silla de ruedas para desplazarse.

En este sentido, hace tiempo que existe una regulación para edificios de nueva construcción o para la apertura de nuevos locales en la que se solventa este tipo de problema, pero aun así, todavía son muchos los edificios o comercios que disponen de unos pocos escalones en la entrada que dificultan el acceso, tanto es así que recientemente, más concretamente desde el pasado mes de diciembre del año 2017, todas las comunidades de vecinos están obligadas a realizar los ajustes razonables necesarios en materia de accesibilidad incluyendo la construcción de rampas para discapacitados, salvaescaleras, elevadores verticales o incluso ascensores.

 

¿Cómo debe de ser una rampa para discapacitados?

Cuando se trata de salvar un pequeño desnivel formado por una escalera de pocos escalones, la construcción de una rampa es sin duda una de las soluciones más utilizadas, pero, ¿realmente sirve cualquier tipo de rampa?, evidentemente no, a día de hoy es posible ver rampas que tienen la misma longitud que la escalera a salvar, lo que hace que sea imposible que una persona en silla de ruedas pueda utilizarla, lo mismo sucede con rampas con anchos insuficientes, que tienen obstáculos que la estrechan, que no disponen de unas dimensiones mínimas en el embarque o desembarque para que una persona en silla de ruedas pueda maniobrar, etc….

Este tipo de rampas, más que una ayuda, supone otra barrera arquitectónica más, por lo que evidentemente de poco o nada sirven en materia de accesibilidad.

En primer lugar, y para responder a la pregunta ¿Cómo debe de ser una rampa para discapacitados?, tenemos que indicar que debe de tener las características necesarias para que una persona en silla de ruedas pueda utilizarla de la manera más autónoma y segura posible.

De esta manera, aspectos como la pendiente, la longitud máxima, el ancho libre de la rampa o las dimensiones libres de obstáculos tanto en la entrada como en la salida de la misma son aspectos fundamentales.

Además también es necesario tener en cuenta sistemas para que su utilización sea completamente segura y adaptada a personas con problemas de movilidad, por lo que la instalación de un pasamanos doble, un zócalo o bordillo, así como una superficie antideslizante son elementales para ello.

 

¿Cómo calcular su longitud y pendiente?

Sin duda, uno de los aspectos más importantes en una rampa para personas en silla de ruedas, es sin duda la pendiente y la longitud de la misma.

En algunas ocasiones hemos podido observar jornadas de sensibilización en la que personas sin discapacidad, fundamentalmente políticos y algunos personajes con cierta popularidad, han probado de intentar salvar una pendiente pronunciada utilizando una silla de ruedas sin éxito, y es que lo que puede parecer sencillo a priori, puede ser una tarea imposible o incluso entrañar riesgo de accidente.

En este sentido, la longitud de la rampa y su pendiente adecuada, se calculan para que una persona en silla de ruedas pueda salvarla de la manera más autónoma posible sin que ello le entrañe afrontar ningún riesgo.

Para ello, se tiene en cuenta que la pendiente de la rampa resultante no debería pasar del 10% cuando la longitud de la misma sea inferior a tres metros, si la longitud resultante estuviera comprendida entre 3 y 6 metros, la pendiente debería ser inferior al 8 % y por último, para aquellas rampas con longitudes superiores a los 6 metros la pendiente de debería superar el 6% de desnivel.

Además también hay que tener en cuenta que la longitud de la rampa no puede exceder de 9 metros, por lo que si es necesario, se deberán construir descansillos intermedios con el mismo ancho que la rampa y con una longitud de mínimo 1,5 m.

 

Recomendaciones respecto a rampas para discapacitados

La decisión de construir una rampa no es un aspecto que pueda tomarse a la ligera, ya que si finalmente se edifica una que no cumpla los parámetros necesarios no estaremos solucionando el problema sino más bien empeorándolo.

Nuestra recomendación es que la rampa sea proyectada por un técnico especialista que certifique que la construcción cumplirá con los requisitos requeridos.

Por otra parte, también es importante conocer que para aquellas ocasiones en las que técnicamente no es viable dicha construcción o que simplemente las obras y reformas necesarias son tantas que suponen un gran desembolso económico, existen otras opciones que cumplen con la normativa vigente y que deberían tenerse también en consideración antes de tomar una decisión.

Por una parte plataformas salva escaleras, las cuales no requieren de obras ni reformas para poder instalarlas, o los elevadores verticales, que suponen una manera cómoda y sencilla de salvar pequeños desniveles de hasta 3 metros de altura, son las principales.

 

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